viernes, 15 de junio de 2007

De pastelera en Formentera

¡Una vez más mi cabezonería ha funcionado! Hablando con mi compañeros que ya sabían de sobra que yo era pastelera, me animaron a que fuera a hablar con el jefe de la pastelería para ver si puedo ir a echar una mano.

Realmente es algo que le cuesta creer a la gente. Sí, he venido como camarera, trabajo ocho horas en un turno partido y me gustaría que en mis tres horas libres entre turno y turno y en mi día libre venir a echar una mano a la pastelería. ¿Puedo? El Jefe de pastelería Manuel Pérez de Sevilla (Además paisano) me dijo que sí, que no tenía ningún problema.

El director vino a hablar conmigo para decirme que no me pagarían esas horas. Vale, sin ningún problema, no busco dinero, sólo quiero ir a lo que me gusta, y si el jefe de pastelería me ha dado permiso, pues lo aprovecho.

Fuí a ayudarle durante 3 días a la pastelería, no me lo podía creer. Realmente cuando me quitaba el uniforme de servicio y me ponía el de pastelería para mi era como empezar el día, por toda la ilusión que me entra al saber que voy a ayudar en lo que me gusta aunque sólo sea durante tres horas. Luego me costaba irme de la pastelería para tener que ir a dar el servicio de nuevo.

Al que hizo el cuarto día mio en la pastelería me llamó el director para decirme que no fuera esa tarde a la pastelería, yo un poco asustada creí que habría hecho algo mal o no sabía el porqué no podía seguir llendo. Para mi sorpresa mis jefes de bares habían hablado con el jefe de pastelería para cambiarme de bares a la pastelería. Al día siguiente comenzaba a trabajar en el hotel como pastelera.

Una vez más mi insistencia y mis ganas de trabajar me han hecho poder estar en el sitio donde yo quiero, en la pastelería del hotel.

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